Lo que aprendí de Sexo en Nueva York (II)
Simplemente tenía que hacerlo, no quería dejarme cosas en el tintero
Cuando pasas de tener una relación complicada a una donde todo es calma y serenidad, la vida te confunde. Así lo sintió Carrie cuando de repente se vio dentro de una relación sana con Aidan. Cada noche, una tras otra, se despertaba con una sensación de ahogo incontrolable, como si le faltara algo o se le olvidara hacer alguna cosa importante. “I totally understand. You’re not getting the stomach flip”, le decía una Samantha acertada. La protagonista de SATC estaba acostumbrada a relaciones complejas donde siempre había dudas, frustración y reproches, y de repente verse en una relación en calma le generaba estrés.
Carrie buscaba desesperadamente una grieta, una tara incorregible con la que no podría vivir simplemente porque no podía asumir que su nuevo amor fuera perfecto, un hombre bueno, en definitiva, un hombre que no fuera Mr. Big. Y de esta forma, ella no paraba de cometer errores, de torpedear la relación, creando escenarios imperfectos para poder sentirse cómoda dentro de su papel como novia. Es increíble lo destructivos que podemos llegar a ser cuando estamos heridos y la poca oportunidad que nos damos de vivir una vida aburrida, sin complicaciones ni sobresaltos.
He de reconocer que alguna vez fui como ella y qué error tan grande cometí. Pero era muy joven e inexperta para ver que lo que en realidad quería era una vida tediosa donde no hubiera fuegos artificiales incontrolables, nada. Yo lo que quería (y cada vez tengo más claro que quiero) es una tarde de domingo tranquila, sentada en el sofá “viendo” una película (entre comillas porque pretendo dormirme, la verdad) y nada más. No quiero vivir en una carrera de relevos, sorteando obstáculos para llegar a una meta que no sé ni cuál es. Me niego a eso.
Y luego está el episodio donde Miranda pierde a su madre. Cada vez conecto más con las sensaciones y los sentimientos de Miranda aquel día. Y la escena en los probadores me parece increíble. Ver cómo ella se irrita cuando la dependienta intenta ayudarla a elegir la talla correcta de sujetador y de repente, histérica, se derrumba por el simple hecho de que alguien quiere aconsejarla y eso es más de lo que puede soportar… es lo más triste y real que he visto en mucho tiempo. Evidentemente, ese momento en el probador transporta a la protagonista al recuerdo de su madre y su constante manipulación al decirle siempre lo que es mejor para ella. Ahí me doy cuenta de que la pelirroja se ha hecho a sí misma. Se ha quedado con lo mejor que le han dado, pero ha emprendido el camino hacia el autodescubrimiento, formando su personalidad, su esencia, labrando su propio futuro. Pero duele saber que esa voz que a veces te sacaba de quicio ya no estará más ahí y, en ese momento, la Miranda fuerte que puede con todo necesitó de un abrazo, aunque fuera de una desconocida.
Pero, sin duda, uno de los episodios más bellos para mí es cuando Carrie trata el tema de las relaciones con los hombres vs. la relación con su padre. Tema complicado donde los haya. Llevo muchos años escuchando eso de que las relaciones personales están profundamente marcadas por la que tuviste con tu padre y siempre me he negado a ello. Quiero pensar que es más que eso, que se puede evolucionar.
“Do you think it really can be as simple as my father walked out, therefore, I’ll always be messed up about men?”, le pregunta Carrie a Miranda.
“My father came home every night at seven on the dot, and I have no clue about men either”, contesta ella.
Era la respuesta que necesitaba. Entiendo que, sobre el papel, haber crecido en un entorno hostil con una familia desestructurada pueda marcar tus relaciones futuras, pero yo creo en el progreso. Ya de adulto -y de niño incluso también- uno elige el camino que quiere seguir. Entiendo que sea un proceso que no se pueda seguir solo, sin ayuda, pero ¿quién no la necesita alguna vez? El caso es que no por eso vas a estar eternamente eligiendo mal y en algún momento se aprende. Aprendes a escogerte a ti, a poner límites y no hay nada más increíble que conseguirlo.
Y dejo una frase más de regalo. Es, sin duda, una de mis favoritas de Charlotte:
Tengo que convertirlo en meme porque, sin duda, es muy yo. Solo a veces.
En fin, me he dado cuenta de que me ha faltado alguna frase de Sam, que tiene muchas y es de mis personajes favoritos, pero seguramente me parezca el más complejo de abordar, por la grandeza de su ser. Así que prometo que habrá una tercera parte dedicada a ella.
Seguimos en el camino,
Nos leemos pronto,
Cosas que he descubierto esta semana:
Esta mañana he descuierto esta canción y desde entonces no ha parado de sonar en mi cabeza.
De nuevo, gracias por llegar hasta aquí y por haber pasado este ratito de domingo conmigo ❤️
He decidido cambiar el ritmo. Fluir más. Últimamente me está costando mucho conectar con mis ideas y quiero darme el tiempo de descubrir esta nueva Elyn. A partir de ahora escribiré cuando me apetezca, cuando me nazca de adentro. Puede que caiga en domingo o puede que no. Puede que sea uno a la semana, que haya semanas que sea ninguno, o incluso que os encontréis con la sorpresa de que sean dos. Pero vamos a disfrutar del verano como tenga que venir.
Si te has quedado con ganas de más, puedes pinchar en este enlace para leer los números anteriores. Y si te ha gustado, ya sabes, comparte lo que lees.
¡Hasta pronto!
Buen inicio de semana.
Elyn
Muy bonito Elyn, escribes muy a corazón abierto
Que publi más chula 🙂↔️